El volante de inercia en un coche es un componente mecánico que forma parte del tren motriz; es decir, del motor del vehículo. Su función principal es regular el giro del cigüeñal para reducir las vibraciones. Además, acompañando al embrague, transmite el movimiento de giro del motor a la caja de cambios. Está ubicado en la salida del cigüeñal; tiene un tamaño de 25 ó 30 centímetros y pesa en torno a los 10 kg.

En un vehículo, el motor de inercia tiene como principal función regular el giro del motor para evitar que se transmitan las vibraciones. En un motor térmico, el giro del cigüeñal no se produce a una velocidad constante sino en forma de pulsos, que son más constantes cuantos más cilindros tiene el motor. ¿Por qué? Porque el intervalo de tiempo entre la explosión y movimiento de un cilindro, y del siguiente, es menor cuanta mayor sea la cantidad de cilindros del motor. Por eso, el volante de inercia absorbe los momentos pico y los entrega en momentos valle para producir un giro más constante y reducir los pulsos de la mecánica.

Además de lo anterior, el volante de inercia se encarga de transmitir el giro del motor a la transmisión. Y otra función de este componente se da durante el arranque del motor, puesto que el piñón del motor de arranque está asociado a la corona del volante de inercia. Esto es así porque el volante de inercia es el engranaje con más diámetro con conexión al cigüeñal; por lo tanto, por desmultiplicación, permite utilizar un motor de arranque de menor potencia para un mismo par de giro.

En un coche moderno, eso sí, el volante bimasa es el tipo de volante de inercia más habitual. Este tipo de volante de inercia es una evolución del mismo. Un volante bimasa tiene una mayor capacidad para absorber las vibraciones y las sacudidas propias del motor. Está compuesto por dos discos metálicos unidos entre sí por rodamientos, por muelles y por silentblocks. Y gracias a esta composición, especialmente a los silentblocks, las vibraciones que se transmiten se reducen de forma considerable.

Por otro lado, la llegada de la electrificación a los motores diésel y gasolina, incluyendo las mecánicas mild hybrid, que son las que tienen un sistema eléctrico más pequeño, todo esto ha evolucionado bastante. La función de apoyo al motor de arranque se ha ido perdiendo. ¿Por qué? Porque los mild hybrid tienen una máquina eléctrica mucho más potente que el motor de arranque habitual, y ya no se requiere del apoyo del volante de inercia en asociación con el motor de arranque clásico.